Desempleo, pobreza, desplazamiento, damnificados por el invierno, violencia intrafamiliar, violencia social, corrupción y degradación ambiental, son algunos de los problemas que debe superar la región Caribe para potenciar su desarrollo.
A estos graves problemas se suman otras situaciones como el accionar de las Bacrim que amenaza la seguridad de la capitales costeñas y generan dificultades que entorpecen el proceso de restitución de tierras a familias despojadas.
Altas tasas de desempleo en la región
Hernando Melo, administrador de empresas samario, para quien las posibilidades de trabajo en su profesión han sido esquivas, con dos hijos y sin empleo, tuvo que tomar el vehículo ‘zapatico’ de su papá para ganarse la vida como taxista.
Hernando Melo, administrador de empresas samario, para quien las posibilidades de trabajo en su profesión han sido esquivas, con dos hijos y sin empleo, tuvo que tomar el vehículo ‘zapatico’ de su papá para ganarse la vida como taxista.
Como él, son miles los profesionales del Caribe que desempeñan oficios de supervivencia (rebusque) o simplemente están varados. El taxista sostiene que las últimas cifras del Dane sobre desempleo en su ciudad no se ajustan a la realidad y que basta con mirar la plaza de Bolívar y el atrio de la Catedral para comprobarlo.
Recientes estadísticas del mercado laboral, según el Dane, que comprenden vigencias 2010–2011 señalan que en la Región Caribe la tasa de desempleo es de 11,3%, menor al 12,5% del promedio nacional. Barranquilla tiene el menor número de personas sin trabajo, le siguen Santa Marta, Sincelejo y Cartagena.
Desplazamiento, un calvario para 806 mil costeños
El calvario del desplazamiento lo viven 806 mil personas en la Región Caribe. La mayoría de ellas perdió a algún familiar o ha sido víctima del despojo de sus tierras. Ahora muchas de ellas deambulan por las ciudades de la Costa en busca de una nueva vida.
El calvario del desplazamiento lo viven 806 mil personas en la Región Caribe. La mayoría de ellas perdió a algún familiar o ha sido víctima del despojo de sus tierras. Ahora muchas de ellas deambulan por las ciudades de la Costa en busca de una nueva vida.
Tal es el caso de Teresa Blanco, quien perdió a su esposo y dos hermanos a manos de un grupo paramilitar en Urabá y actualmente vive en Sincelejo en condición de desplazamiento, ciudad donde según datos de la Cruz Roja Internacional hay 72 mil personas en su misma situación. Walter Villalba miembro de la Mesa Departamental de Desplazados de Sincelejo, dijo que hay avances en el tratamiento de esta población, pero que aún son muchos los problemas que los aquejan tales como la falta de infraestructura de servicios públicos, la revictimización al reclamar sus derechos en las entidades encargadas de su atención y la falta de alternativas productivas para que no sigan siendo dependientes exclusivos del Estado, situación que se repite en todo el país.
Los efectos colaterales del invierno de 2010 aún siguen dejando secuelas en el Caribe colombiano, donde se vieron afectadas el año pasado un millón 479 mil 434 personas, según cifras de Colombia Humanitaria. El Caribe fue la región más golpeada por la ola invernal generada en el país por el fenómeno de La Niña.
La cifra de familias afectadas en la Costa es de 328 mil 811, muchas de las cuales siguen sin un lugar donde dormir. Un ejemplo dramáticos es el de los habitantes del barrio San Francisco, en Cartagena, donde un sector de 539 casas desapareció por la activación de una falla geológica a raíz de las fuertes lluvias, dejando 1.450 familias evacuadas que hoy viven un verdadero calvario.